Los Peelings Químicos son procedimientos dermatológicos que consisten en la aplicación de sustancias químicas en la piel, con el fin de lograr un desprendimiento de una o varias de sus capas y así obtener su renovación celular, mejoría del acné y de algunas cicatrices de acné.
Pueden realizarse en rostro, pecho y espalda. Los peelings químicos pueden ser superficiales, medios y profundos, dependiendo de la cantidad de capas de piel desprendidas y de la profundidad alcanzada.
Los peelings superficiales son realizados en varias sesiones, las cuales no requieren anestesia ni la incapacidad del paciente, sin embargo, producen enrojecimiento, irritación o descamación leve durante 3 a 5 días y el efecto puede camuflarse con maquillaje. Con ellos se obtiene un desprendimiento de las capas más superficiales de la epidermis con gran mejoría en el aspecto de la piel dañada por esta condición y control de la aparición de nuevos comedones, pápulas y pústulas.
Los peelings medios y profundos desprenden capas mucho más profundas de la piel. Aplicando este procedimiento se pueden tratar lesiones más profundas de acné. Producen una marcada irritación y generan síntesis de nuevo colágeno, por lo que también se obtienen buenos resultados en el manejo algunas cicatrices superficiales. Usualmente requieren de anestesia local y suelen tener una incapacidad promedio de 7 días, pero los resultados son muy satisfactorios.
Los peelings químicos deben ser realizados idealmente por un dermatólogo experto que tenga pleno conocimiento del comportamiento de los diferentes tipos de piel ante la diversidad de sustancias de última generación. Entre las más utilizadas se encuentran el ácido glicólico, ácido retinoico, ácido azelaico, ácido mandélico, ácido láctico, resorcinol, derivados fenólicos y ácido tricloroacético TCA.