El Acné es una de las condiciones dermatológicas más frecuentes en adolescentes y adultos jóvenes, afectando a una enorme cantidad de pacientes entre los 11 y los 25 años, aunque puede persistir en personas mayores. Existe también una alta incidencia de acné hormonal, que afecta a una gran cantidad de mujeres en la edad adulta.
El acné produce una gran afección en la autoestima de adolescentes y adultos, y limitan la vida normal, la felicidad y el buen desempeño sicosocial de los individuos que lo padecen.
Las causas fundamentales del acné incluyen factores hormonales que aumentan la producción de sebo por el folículo pilo sebáceo. Existe además una descamación inadecuada de las células de este conducto, motivo por el cual se obstruye la salida de este sebo favoreciendo la proliferación y actividad de bacterias como el propionibacterium acnés y aumentando la inflamación perifolicular de la piel que se manifiesta como comedones o “espinillas”, pápulas, pústulas, nódulos y quistes.
El tratamiento adecuado del acné se logra analizando todos estos factores que lo producen además de la edad del paciente y su tipo de piel, características del acné y grado de inflamación, tipo de lesiones, tiempo de evolución, tratamientos anteriores y respuesta a ellos, factores hormonales asociados, etc.
Las formulaciones dermatológicas avanzadas permiten las mejores combinaciones de principios activos de manera personalizada para cada paciente y mecanismos de acción sumamente efectivos para lograr los mejores resultados en el acné y en el embellecimiento de la piel. En muchas ocasiones el efecto buscado por el dermatólogo en el tratamiento se logra con mezclas y concentraciones específicas de activos diferentes a los existentes en otros medicamentos.
Estos tratamientos se pueden acompañar de peelings químicos de diversas profundidades y hoy en día de peelings nanosomados que logran resultados sorprendentes sin irritación ni molestia exagerada. También dependiendo del tipo de acné se podrán realizar tratamientos con intradermoterapia, terapia con medicina biológica, terapia fotodinámica, luz azul y diferentes tipos de láser para acelerar el tiempo de mejoría y también como alternativas de tratamiento en pacientes que por algún motivo tengan contraindicación para tomar antibióticos, retinoides y otras medicaciones que usualmente se prescriben para el manejo de esta enfermedad.