¿POR QUÉ ENVEJECEMOS?

El envejecimiento representa el conjunto de modificaciones que acontecen en el organismo a partir del nacimiento y como consecuencia del tiempo vivido. Conlleva una alteración progresiva de las estructuras y por consiguiente de las funciones que contribuyen al equilibrio de la vida.  En el intervienen factores genéticos y ambientales tales como el sol,  la  contaminación ambiental, los  malos hábitos nutricionales, el tabaco,  el alcohol, la deficiencia hormonal observada durante la menopausia y andropausia y factores mecánicos como la gravedad de la tierra que juega un papel importante en el envejecimiento cuando la piel ha perdido el tono del tejido conjuntivo y las fibras elásticas.

Se han propuesto numerosas teorías para explicar los factores que contribuyen con el envejecimiento.  Entre ellas se destaca la teoría de los radicales libres que son productos químicos tóxicos que se generan en el organismo a partir de procesos metabólicos del diario vivir y cuya producción suele verse extraordinariamente amplificada por radiación ultravioleta, el alcohol y tabaco y los contaminantes del medio ambiental -hidrocarburos cancerígenos-.

Las consecuencias de las agresiones de los radicales libres dañan las membranas biológicas celulares, los ácidos nucleicos, las enzimas y las moléculas que forman el tejido de sostén de la piel como el colágeno y la elastina. La fragmentación de las fibras elásticas profundas y la pérdida de la estructura normal de las fibras colágenas determinan la falta de elasticidad y flacidez de la piel y por ende la formación de arrugas y surcos en la piel.

Es entonces cuando notamos que progresivamente se van acentuando esas indeseables ¨patas de gallina¨ y cuando la flacidez y falta de tono de la piel evidencia la edad al marcar profundamente los surcos nasogenianos y las líneas de marionetas.  Es entonces cuando por más que se este de buen humor la contracción y arruga del entrecejo pareciera mostrar lo contrario.  Es además cuando descienden las mejillas y la piel del cuello perdiéndose el ángulo maxilar y cuando la flacidez generalizada en la piel del cuerpo hace que se caigan los  glúteos, los senos y el abdomen perdiendo así la sensualidad de las curvas.

Vale la pena acentuar  que estos indeseables cambios ocurren lógicamente tanto en hombres como en mujeres y que no necesariamente siempre están relacionados con la edad. Frecuentemente se observan adolescentes con una piel sumamente manchada, sin lozanía,  envejecida o flácida, y también personas que por debajo de los 30 anos ya muestran ¨patas de gallina¨ o algún otro signo de envejecimiento.  Estos signos pueden acelerarse en personas jóvenes que no usen una fotoprotección adecuada  o que no tengan la asesoría de un Dermatólogo experto en estética que desde temprana edad enseñe al paciente el cuidado de su piel con productos especializados y no con productos de venta libre.